Un gran secreto de las personas que han progresado mucho socialmente y en la vida que los diferencia de los demás es que a nivel interno han sabido entender y aplicar algo muy importante. Han desarrollado una cualidad de carácter que les ha permitido tomar acción y enfrentar sus miedos de una forma mucho más efectiva que los demás. En este artículo les voy a hablar sobre esa cualidad.
Mentalidad de víctima
Es común que dentro la comunidad de seducción tardemos mucho en tomar acción desde el momento en que empezamos a leer los primeros consejos y técnicas. Por ejemplo, salimos por primera vez a abordar a una mujer después de dos o tres años de haber leído bastante sobre el tema.
También es común que muchos hombres abandonen el hábito de salir a conocer mujeres de forma regular después de unos pocos meses. Otras veces lo que ocurre es que dejan de salir porque ya no tienen las mismas condiciones de antes, por ejemplo: el amigo con el que salían ya no puede salir, tienen un nuevo trabajo en el cual tienen que trabajar más horas, cierran la discoteca que más les gustaba, etc.
Antes solía creer que cada uno de estos problemas tenían causas diferentes, es decir pensaba que cada quien es diferente y tiene sus propios miedos y dificultades que vencer. Con el tiempo me he dado cuenta que todos estos problemas tienen las mismas causas en común que los originan.
Si bien cada persona tienen sus miedos individuales en el fondo todos esos miedos surgen de las mismas causas. Es decir, todos nuestros miedos particulares nacen en base a causas universales.
Por ejemplo, supongamos que el mayor miedo que detiene a un hombre a salir a conocer mujeres es que un día aborde a una mujer con un novio que sea agresivo que termine entrándole a golpes (o matándolo). Ahora supongamos que el mayor miedo de otro hombre es que aborde a tantas mujeres dentro de su ciudad que todos se enteren y ya no pueda salir porque se creó una mala reputación.
En estos ejemplos cada uno tienes razones particulares que los detienen a tomar a acción. Sin embargo a un nivel profundo estos miedos se originan de las mismas causas. En verdad todos los miedos que existen son el resultado de unas cuantas causas en común. Por ejemplo, supongamos que existen 200 tipos de miedos diferentes pero en el fondo solo existen 5 causas que los originan.
Esto quiere decir que si queremos progresar y crecer en la vida necesitamos enfrentar directamente las causas más profundas de nuestros miedos. Si nos enfocamos en enfrentar las partes más superficiales de nuestros miedos vamos a obtener muy poco progreso.
Ahora bien, cuando vivimos atrapados por esas causas más profundas que originan nuestros miedos terminamos comportándonos con mentalidad de víctima. Esto quiere decir que actuamos de forma reactiva ante la vida en vez de actuar de forma proactiva: nos escondemos del mundo en vez de salir a experimentarlo, nos comportamos de manera falsa en vez de ser honestos, nos da miedo compartir con los demás, nos da miedo acercarnos a las mujeres que nos gustan, entre otras cosas.
Una de estas causas universales que originan todos nuestros miedos es echarle la culpa a los demás de nuestras debilidades y de nuestros problemas.
Echarle la culpa a los demás de nuestras debilidades
Una de las lecciones más importantes que he aprendido en estos últimos años es que la gran mayoría de mis pensamientos estaban contaminados con excusas y miedos que creaba en base a echarle la culpa a los demás por mis debilidades.
Principalmente culpaba a mi familia y a las condiciones de mi país por ser tan débil y tan inexperimentado socialmente y con las mujeres. Esta mentalidad me llevaba a asumir inconscientemente que la vida es muy injusta y que única manera de solucionar mis problemas es esperando que alguien me ayudara y se hiciera responsables de mis debilidades.
Es decir, que apareciera algún mentor o amigo (o cualquier persona) que me ayudara a superar todos estas debilidades que injustamente adquirí por culpa de los demás. A nivel inconsciente no era capaz de considerar otra solución y debido a eso es que me mantenía sin tomar acción y sin progresar hacia mis metas.
Ahora bien, esto mismo le sucede a casi todos los hombres que quieren mejorar con las mujeres pero no son capaces de tomar acción. La principal causa de su falta de acción es que a nivel muy profundo se consideran víctimas y le están echando la culpa a los demás de sus debilidades. A nivel inconsciente esperan que alguien venga a solucionar sus problemas o que mágicamente sus condiciones cambien sin tener que hacer un esfuerzo por mejorar.
Echarle la culpa a los demás de nuestras debilidades y de nuestros problemas genera mucho miedo porque automáticamente asumimos que no tenemos ningún tipo de poder para cambiar nuestra vida. Al asumir esta perspectiva sentimos que no vamos a ser capaces de arreglar nuestros problemas ya que la solución depende de los demás y no de nosotros mismos. Esto provoca que nos sentamos débiles, pequeños e incapaces. Por eso es que esta mentalidad genera tanto miedo.
Quiero recordarles que esta forma de pensar no ocurre a nivel superficial sino que ocurre a nivel inconsciente. En este momento podrías ser una persona que está asumiendo una mentalidad de víctima y echándole la culpa a los demás por tus debilidades pero ni siquiera eres consciente de eso. Podrías estar pensando “eso no me está ocurriendo a mí” cuando en el fondo es justamente lo que te está ocurriendo.
Es por eso que es muy importante ser valientes y tener coraje ya que son las cualidades que nos van a permitir mirar dentro de nosotros mismos de manera objetiva y poder identificar esas mentalidades por las cuales no queremos asumir responsabilidad.
Los síntomas de vivir culpando a los demás
El problema de asumir una mentalidad de víctima es que destruimos totalmente nuestro poder personal. Toda persona tiene el poder de construir la vida que quiere. Es una cualidad de todo ser humano. Somos seres capaces de superarnos a nosotros mismos y por lo tanto tenemos el poder de crear la realidad que queramos.
Pero cuando asumimos una mentalidad de víctimas destruimos todo ese poder. Es como si dijéramos “lo siento renuncio a mi poder personal”. Una vez que renunciamos a nuestro poder es imposible obtener los resultados y el progreso que buscamos. En esos casos la única forma de conseguir lo que queremos sería que alguien mágicamente nos lo regalara, lo cual es irreal.
Entonces, existen claros síntomas en la actitud de la persona cuando esta ha renunciado su poder y vive culpando a los demás de sus debilidades:
- Falta de acción hacia las cosas que valora: la persona no avanza hacia sus metas más importantes. Eso no significa que pase todo el día sin hacer nada (aunque suele ocurrir), muchas veces ocurre que tiene una vida muy activa lo que pasa es que no está tomando acción hacia las metas que en verdad valora.
- Enfoque hacia las excusas: cuando la persona vive echándole la culpa a los demás y a sus circunstancias entonces termina enfocándose todo el tiempo en las cosas negativas y por lo tanto siempre crea excusas para avanzar. Si le propones una solución siempre va a tratar de encontrar una excusa para no tomar acción. Una persona proactiva se enfoca en las soluciones y no en las excusas.
- Falta de disciplina: cuando uno es proactivo y va tras las metas que lo apasionan entonces uno siempre encuentra la forma de desarrollar la disciplina necesaria para progresar. Pero si asumimos una mentalidad de víctima entonces no vamos a tener ninguna razón para disciplinarnos.
- Enfoque hacia las debilidades: cuando le echamos la culpa a los demás de nuestros problemas entonces siempre vamos a enfocarnos en nuestros defectos y en nuestras debilidades. Es por eso que este tipo de personas siempre se la pasan quejándose de sus defectos, de sus carencias, de su situación y de su falta de suerte.
Estos son los principales síntomas. Si al leerlos te identificas con ellos entonces es momento de que empieces a ser más sincero contigo mismo.
La solución para recuperar nuestro poder
Para superar esta mentalidad de víctima y recuperar nuestro poder personal tenemos que hacer tres cosas específicas:
- Tener mucho coraje y valentía para aceptar que le estamos echando la culpa a los demás de nuestras debilidades, de nuestros problemas y de nuestras desgracias. Este es el paso más difícil y que más le cuesta todos. Tenemos que aceptar total responsabilidad de nuestras debilidades y problemas. Si en este momento no estás teniendo la vida social y los resultados que esperas con las mujeres entonces tienes asumir que es porque no has querido y no por culpa de los demás.
- Plantearnos una meta que nos apasione. Este segundo paso también requiere mucho coraje. plantearnos metas claras es una de las cosas que más miedo da en la vida. Es muy importante tener dirección en nuestra vida porque de lo contrario vamos a entrar en modo reactivo.
- Tomar acción todos los días. Una vez que elegimos trabajar por una meta que nos apasione entonces tenemos que ir con todo por ella. Tenemos que tomar acciones todos los días que nos hagan progresar y crecer hacia esa dirección.
Por último quiero volver a recordarles la importancia de ser totalmente sinceros y honestos con ustedes mismos. Si en lo más profundo de ti sientes que los demás son responsables de tus debilidades y de tus problemas entonces no vas a ser capaz de avanzar. Incluso si en este momento hay personas o circunstancias que en verdad te están debilitando siempre es mejor asumir total responsabilidad de nuestra situación ya que es la única forma de empezar a tomar acción.
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