Muchos de los hombres que empiezan a interesarse por temas de seducción y empiezan a mejorar sus habilidades con las mujeres pasan mucho tiempo sin obtener verdaderos resultados a pesar de salir a practicar.

El problema es que a pesar de estar conociendo mujeres nuevas siguen viviendo con la mismas creencias del pasado, solo que ahora han mejorado un poco sus habilidades sociales. Gracias a esto pueden interactuar con mujeres desconocidas pero muy pocas veces llegan a tener resultados, muy pocas veces llegan a tener sexo con ellas o a formar una relación de cualquier tipo.

La mentalidad que siguen manteniendo se basa en esconderse del mundo y de las personas. Es una actitud que se basa en el miedo. Esto los lleva a mantenerse siempre a la defensiva. Por ejemplo:

• Nunca le cuentan a sus amigos o familiares sus intereses por los temas de seducción
• Tampoco se lo cuentan a las mujeres cuando empiezan a conocerse mejor
• Les cuesta mucho hablar sobre ellos con las personas que conocen
• Cuando abordan a una mujer desconocida en la calle (o en cualquier lugar) buscan que no haya nadie cerca para que no los vean
• No les gusta que les tomen fotos ni que los graben
• No les gusta poner fotos ni compartir nada personal en sus redes sociales
• Cuando están en una discoteca o en una fiesta nunca hacen nada muy loco que pueda captar la atención de las personas
•  Se visten de una forma que no llame la atención
• Tienen pena que las mujeres los vean desnudos a la hora de tener sexo porque se sienten muy flacos o muy gordos o porque van a pensar que lo tienen chiquito.

El problema de actuar así es que no van a poder disfrutar del progreso que obtengan. A pesar de que estén mejorando sus habilidades sociales no van a ser capaces de obtener los resultados que buscan porque el problema no es tan superficial, el problema es más profundo. La verdadera causa es que se están escondiendo, están huyendo de las mujeres y del mundo.

Sus creencias siguen siendo muy negativas, no se consideran que merecen muchas de las cosas que se proponen por eso se esconden. No tienen resultado porque cuando aparece una oportunidad con alguna mujer entonces la dejan pasar, crean miles de excusas “no es tan bonita” “no me cae bien” “seguro tiene novio” etc; cuando en realidad es una buena oportunidad de conseguir lo que buscan.

Entonces por más que salgan a practicar y a socializar nunca terminan de dar el siguiente paso, sus habilidades mejoran pero sus creencias no lo hacen. Cada oportunidad que crean, gracias a tener mejores habilidades, la desperdician luego por mantener esa actitud miedosa de esconderse.

La solución a este problema es hacerte notar, pero no lo puedes hacer desde una posición interna de miedo o de rabia porque sino vas a seguir alimentando esas creencias negativa. Si empiezas a hacerte notar desde una posición de miedo entonces solo vas a buscar obtener la atención de las personas para sentirte valioso, te vas a convertir en un vampiro que solo busca hacer las cosas para que los demás le presten a tensión, cuando no lo hagan te vas a sentir mal y vas a buscar con más fuerza que te tomen en cuenta.

La forma de hacerte notar es empezar a aceptarte a ti mismo y aceptar tus metas. Vamos a suponer que un amigo te da las llaves de un Ferrari que está estacionado no muy lejos de donde están y te dice “toma llévatelo que es tuyo, me robe las llaves”. Cuando empiezas a caminar hacia el carro todas las personas que están cerca se quedan paradas y te empiezan a ver. Sientes la presión de todos viéndote y decides seguir de largo y no montarte en el Ferrari.

Pero que pasaría si el Ferrari fuera tuyo, seguro hubieras pensado mientras estabas caminando para montarte “todos quieren un carro como el mío” o “siempre me pasa lo mismo cuando me voy a montar en mi carro”. La diferencia entre los dos escenarios es que en el primero te sentías que no lo merecías y por eso buscaste esconderte pero en el segundo no te importó que los demás te vieran porque sabías que era tuyo.

Lo mismo pasa con tus metas con las mujeres y en la vida, para llegar a ellas tienes QUE SENTIR QUE SON TUYAS, cuando no sientes que son tuyas buscas esconderte de los demás cuando tomas acción. En cambio cuando sientes que son tuyas no te importa tener los ojos de los demás encima de ti a medida que avanzas porque sabes que “eso es lo que siempre pasa cuando te vas a montar en tu carro” 😉

Para sentir que tus metas son tuyas tienes que aceptarlas y aceptarte a ti mismo ¿Cómo sabes si estás aceptando tus metas y te estás aceptando a ti mismo? La forma de saberlo es si eres capaz de revelar tus intenciones y quien eres a los demás sin sentir ningún tipo de vergüenza. Si no eres capaz de revelarlo a otras personas o te cuesta demasiado es porque todavía crees que no lo mereces.

Como pueden ver hacerte notar de la forma correcta no tiene nada que ver con buscar la atención de los demás, es sencillamente una consecuencia de ir tras tus metas con una actitud de aceptación. Los demás siempre van a hablar de ti cada vez que busques tus metas, es algo que tienes que acostumbrarte. Siempre va a haber algún tipo cerca de ti que diga “cómo hace eso, que valiente es” cuando abordes a una mujer espectacular que te gusta y otro que va a decir “que estúpido es, seguro lo va a rechazar, yo soy mejor que él”. Lo mismo pasa en la vida.

Así que todos los días empieza a hacerte notar un poco más yendo con más fuerza tras tus metas. Cada vez que estés a punto de hacer algo que te acerque a conseguir lo que quieres y te sientas con ganas de esconderte, date cuenta de que no vas a poder recibir lo que buscas si te sigues comportando así y toma acción, sigue adelante, hazte notar.

Si cada día te mantienes cultivando esta nueva mentalidad de hacerte notar, tus creencias van a ir cambiando poco a poco. A medida que desarrolles esta nueva mentalidad se te va ir haciendo más fácil tener la atención de los demás encima de ti. Gracias a esto vas a dejar de esconderte del mundo y empezar recibir todas las cosas que buscas.

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