Supongamos que saliste a una reunión o a una discoteca y abordas a una mujer desconocida que te gusta y le dices “hola estás buenísima, no tienes competencia esta noche”, inmediatamente ella te responde “¿cómo?” con un tono de voz cortante y con leve molestia.
Tú le repites lentamente pronunciando cada palabra lo más lento que puedes mientras la miras fijamente a los ojos “estás… buenísima… “. Ella reacciona riéndose y te dice “gracias”.
Mantener el marco significa que estás actuando congruentemente con tus creencias y no estás fingiendo una actitud que todavía no has integrado a tu forma de ser. En el ejemplo, la frase de apertura fue bastante directa, por lo tanto estás subcomunicando desde el principio “soy un hombre de valor, el sexo no es un problema para mí tengo otras mujeres en mi vida”
Poniéndolo de otro modo estás diciéndole que tienes la fuerza para levantar una pesa de 100kg. Ella inmediatamente lo percibe y te prueba con un “cómo” cortante, te está subcomunicando “¿ah si? toma pues, levanta esta pesa de 100kg”, tú mantienes el marco (alineación entre tus creencias y tu actitud) y le respondes de nuevo que está buenísima de una forma desafiante diciendole en el fondo “mira como la levanto facilito”.
Ella se pone contenta (por ahora) y se ríe porque no eres un impostor que está fingiendo ser fuerte para llegar a chupar valor de ella, queriendo tener sexo con ella para aumentar tu débil autoestima. Mantuviste el marco.
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