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La seducción es un trabajo en equipo: ella también tiene que invertir

Un gran problema de muchos hombres es que no son consciente de que la seducción en un trabajo en equipo en el cual ella también invierte en la interacción

Un gran problema de muchos hombres es que después de desarrollar la habilidad de acercarse e iniciar conversaciones con las mujeres que les gustan, no saben como lograr que esas interacciones avancen. La mayoría de sus conversaciones se estancan y no llegan a ningún lugar, es decir tienen la capacidad de iniciar pero no saben avanzar. En muchas ocasiones esto ocurre porque no están conscientes de una parte fundamental del “juego”, la cual es hacer que ella invierta en la interacción.

¿Qué hacer en las interacciones que no avanzan?

Supongamos que estás hablando con una mujer que acabas de conocer. Está buenísima y además es bastante simpática. Hasta ahora todo ha salido bien entre ustedes. Llevan 10 minutos hablando y ella se ha comportado bastante receptiva. Se ríe de tus chistes y muestra intención de seguir en la conversación.

Hasta ese momento solo han hablado, no ha habido ningún tipo de contacto físico. De repente empiezas sentir una fuerte motivación por tocarla de alguna manera, sientes que es el momento ya que está actuando muy receptiva y además te surgieron fuertes ganas de hacerlo. Así que intentas agarrarle la mano.

Mientras lo haces estás totalmente seguro de que ella no va a tener ningún problema ya que la interacción va muy bien… para tu sorpresa ella no se deja agarrar la mano, justo en el momento en que se la agarras quita su mano mientras sonríe gentilmente. Es algo que no esperabas y quedas un poco confundido. Sin embargo entiendes que es parte del proceso y sigues con la conversación.

La interacción continua y minutos más tarde intentas abrazarla, nuevamente ella se niega, su reacción tampoco te preocupa porque sabes que cada chica es diferente, algunas ponen más resistencia que otras. Sin embargo tu determinación empieza a destruirse al ver que pasa el tiempo y ella niega cualquier tipo de contacto físico que busques tener. Una y otra vez sigue rechazando tus intentos.

La situación te confunde porque a pesar de que rechaza cualquier intento de contacto físico sigue estando igual de receptiva que al comienzo, sigue mostrándose interesada en seguir con la interacción. Incluso hay momentos en donde notas que ella te está mostrando sus cualidades como una forma de seducirte.

En ese momento se te ocurre que en vez de seguir intentando escalar fisicamente vas a intentar ser aun más chistoso y más divertido para que finalmente ella te deje avanzar fisicamente.

Así que empiezas a dar más de ti en la interacción, empiezas a decir cosas más ingeniosas para aumentar la diversión. Ella responde muy bien a todo lo que dices y se nota que está divirtiéndose aun más. Después de unos minutos vuelves a intentar agarrarle la mano pero ella te vuelve a rechazar. En ese momento sientes que fue suficiente, asumes que no le gustas y abandonas la interacción.

Crear valor no es todo en la interacción

La situación que acabo de describir le suele pasar a los hombres que ya tienen cierta experiencia pero aun no han aprendido una lección importante. Al principio cuando uno no tienen ningún tipo de experiencia es muy fácil acobardarse todo el tiempo y no tomar acción cuando se presentan las oportunidades.

Así que uno de los primeros retos que enfrentamos todos al principio es desarrollar esa habilidad de avanzar y tomar acción a pesar del miedo. Es por eso que muchos al principio solemos volvernos extremistas, empezamos a salir bastante, empezamos a abordar la mayor cantidad de mujeres que podemos, les pedimos el número, las invitamos a salir, las llamamos por teléfono, les escribimos bastantes mensajes, etc.

Hacemos esto porque intentamos reconectarnos con esa energía masculina que hemos perdido. Hacer esto es lo correcto porque es la actitud adecuada para superar el reto de no quedarnos paralizados ante el miedo. Así que durante un tiempo adoptamos esta actitud de acción extrema.

Pero luego de desarrollar la capacidad de actuar nos damos cuenta de otra cosa, nos damos cuenta que no importa lo valientes que seamos si no somos capaces de mantener la interacción divertida y demostrarle nuestro interés sexual a las mujeres con las que hablamos, es decir nos damos cuenta que es importante aportar valor en las interacciones para que salgan bien.

Así que nos volvemos igual de extremistas solo que esta vez nos enfocamos en ser lo más divertido y sexual posible con las mujeres. Nos volvemos máquinas de diversión y deseo. Nuestro único objetivo en las interacciones que tenemos con las mujeres se vuelve hacerlas reir, escalar fisicamente y demostrarle nuestro interés sexual.

Después de desarrollar la capacidad de hacer esto nos encontramos con otro tipo de problemas, empezamos a tener muchas interacciones como la del ejemplo del principio; interacciones que no llegan a nada por más que demos lo mejor de nosotros mismos.

Ella también tiene que aportar valor

Precisamente ese es el problema, en ese nivel creemos que la forma de que la interacción salga bien es aportando la mayor cantidad de valor y avanzar lo más rápido que se pueda. Si bien esto es cierto hasta cierto punto, en ese nivel descuidamos otras partes muy importantes del juego. Debido a que solamente nos enfocamos en avanzar y crear valor entonces terminamos olvidando algo muy importante: dejar que ella también invierta en la interacción.

Dicho de otro modo se nos olvida tomar en cuenta que ella también tiene que aportar valor a la interacción para que las cosas avancen. Debido a que en ese nivel nos encontramos en una mentalidad muy guerrera, asumimos que ella no tiene que hacer nada; creemos que nosotros tenemos que hacer todo el trabajo: avanzar, liderar, divertirla, escalar fisicamente, demostrar intención sexual, etc.

Desde esta perspectiva vemos nuestras interacciones como un trabajo que tenemos que realizar nosotros y que ellas solamente tienen que decidir si le gustamos o no.

Avanzar en la interacción es un trabajo en equipo

El problema de esta perspectiva es que olvida algo fundamental, una interacción es un trabajo en equipo entre las dos personas. En el momento en que asumes que el rol de ellas es totalmente pasivo y que no tienen que hacer nada entonces te vuelves como una especie de “dictador” dentro de la interacción.

Es decir, no esperas ni aceptas ningún tipo de inversión de parte de ella, asumes que tú eres el que tiene hacer toda la inversión y por lo tanto rompes con la armonía de la interacción. Si bien es cierto que como hombre tienes que liderar y generar valor, también es cierto que ella también tiene que hacerlo para demostrar que vale la pena tu inversión y sobretodo para que la interacción conserve su balance.

Una persona con experiencia siempre es consciente del balance de la interacción, es decir quien ha aportado más y quien ha aportado menos. Para que las interacciones que tienes con las mujeres salgan bien tienes que tomar en cuenta este balance. El problema de hacer todo el trabajo y toda la inversión es que ella no siente ningún tipo de conexión y por lo tanto no se involucra tanto.

En cambio cuando ella invierte en la interacción se siente parte de ella, inconscientemente (algunas conscientemente) siente esa sensación de trabajo en equipo que se forma entre ustedes dos. Ya no es el trabajo de una sola persona tratando de que la interacción avance, ahora es un trabajo en equipo en el cual los dos buscan que la interacción avance.

Para lograr ese sentimiento de cooperación tienes que entender que es igual de importante que ella invierta. Esto significa que tienes que darle espacio para que invierta, tienes que dejar que te conquiste, tienes que dejar que te muestre sus mejores cualidades, tienes que dejar que te seduzca con su actitud.

Por otro lado, es tu trabajo procurar que ella invierta en caso de que no lo esté haciendo. Cada quien tiene que hacer su parte dentro de la interacción para que avance, sin ella se muestra receptiva pero no está dispuesta a invertir entonces tienes que dejarle saber con tu actitud que si quiere seguir adelante entonces también es responsabilidad de ella y no solamente tuya.

Cuando te mantienes consciente del balance en la interacción evitas errores como el del ejemplo del principio. Cuando estás consciente de esto sabes darle espacio a ella para que invierta cuando lo quiere hacer, sabes cuando motivarla a que invierta cuando no está haciendo su parte y también sabes en que momento abandonar la interacción cuando detectas que ella no tiene la voluntad de invertir a pesar de estar receptiva.

Por eso es que si quieres que tus interacciones avancen y no se quedan estancadas tienes que estar pendiente no solo de la inversión que tú hagas sino también de la de ella. La idea es que siempre recuerdes que avanzar en la interacción es un trabajo en equipo de parte de los dos, no es solamente algo que tú tienes que lograr, ella también tiene que lograrlo.

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Francisco Martínez

Francisco es fundador e instructor de Atracción Real

6 Comments

  1. pero entonces ¿Como hacer que ella invierta? Ya sabemos que hay que hacerla invertir ¿Pero como?…. Algunas ideas.

    • Existen miles de formas pero la más fácil es haciéndole preguntas personales. Por ejemplo “¿cuales son las actividades que más te apasionan?” “¿a qué te dedicas?” “¿a qué edad tuviste tu primer novio?”. Cualquier pregunta que la lleve a contarte más sobre ella son inversiones emocionales ya que se está abriendo a ti, al compartirte más de su vida te está otorgando la capacidad de tener más influencia sobre ella. También puedes hacer que invierta siendo bastante directo, por ejemplo “dime qué es lo que más te gusta de mí” o le dices que te compre un trago si están en una discoteca; si están en una cita le pides que te compre un jugo o si van al cine le pides que te compre unas cotufas.

      Ella no va a tener ningún problema en invertir en ti cuando se lo pidas directamente si le has aportado bastante valor, más bien va a estar encantada de hacerlo.

  2. Un poco aburrido el artículo porque no dices nada nuevo.
    Es cierto que a veces uno cae en ese error pero después de un par de veces le vas cogiendo el juego.
    Ya sea con mujeres, con amigos o con compañeros de trabajo, si la otra persona no tiene las mismas atenciones o al menos la misma actitud o compromiso pues hay que adaptarse y comenzar a tratar a las personas como te tratan.
    Si te das cuenta de que la otra persona quiere mantener la relación de forma superficial o pone límites pues hay que valorar si ese tipo de relación te conviene y decidir si quieres mantenerla.
    Todos hemos estado en los dos lados de esa situación.
    Aclaro que soy un ‘fan’ tuyo, Francisco, no lo tomes a mal.

    • Que tal Juan. Al contrario, agradezco cualquier crítica positiva o negativa siempre que sea constructiva. Saludos.

  3. ¡Muy buen artículo Francisco!
    Tienes toda la razón del mundo. Yo cuando estaba empezando a “ligar”, trataba de hacer todo yo.
    Yo establecía contacto, yo proponía la cita, yo, yo, yo… Me guiaba por el lema “ves a por lo que quieres con toda tu pasión” QUE GRANDÍSIMO ERROR.
    En las relaciones hay que tener en cuenta a la otra persona y ELLA DEBE INVERTIR en ti, para conocerte y avanzar.
    Con el tiempo y algunos golpes (metafóricos) aprendes que hay que calibrar. Palabra esencial: calibrar.

    Me gusta como escribes, sigue así 😀

    • Hola Tony, exacto es importante también tomar en cuenta la inversión por parte de ellas. Gracias por tu comentario hermano, saludos.

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