Durante los primeros minutos de la interacción no tiene sentido intentar ser romántico, interesante, profundo o intelectual. Este tipo de actitudes involucran mucho la mente a la hora de interactuar. Al principio ella necesita experimentar tu energía (tu estado emocional) y no necesita saber cuan inteligente o interesante eres, eso viene después.
Entonces, al principio lo único que importa es proyectar energía positiva, que ella sienta que vienes ofreciendo valor y no vienes a chupar valor de ella. Por eso es necesario entrar con una actitud bastante divertida y espontánea; para entrar en este estado uno tiene que apagar la mente, no puedes ser divertido si estás pensando algo interesante que decir para impresionarla.
Una vez que ella siente que eres alguien positivo y con el cual puede divertirse entonces la conversación si puede pasar a temas más personales e interesantes. Hasta que ella no sienta esas emociones positivas de parte tuya no importa si eres Einstein o Da Vinci, ella no se abrirá a ti.
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