Para cualquiera que haya intentado acercarse a una mujer desconocida e iniciar una conversación no es un secreto lo difícil que puede ser. Todas las personas compartimos miedos comunes, la mayoría de estos miedos nacen de nuestros instintos que buscan protegernos y mantenernos vivos.
En el fondo el miedo que uno enfrenta al acercarse a una mujer desconocida es el miedo a la muerte. En épocas pasadas abordar a la mujer incorrecta significa la muerte, es por eso que la mente diseñó un instinto de protección contra esta situación. Cuando uno aborda a una mujer en el fondo está venciendo el miedo a la muerte.
Por eso es que los que se mantienen constantemente en este juego mejorando sus habilidades sociales y saliendo a conocer nuevas mujeres con el tiempo se vuelven muy fuertes. Internamente desarrollan una fortaleza que muy pocas personas tienen. Enfrentar el miedo a la muerte constantemente te desarrolla un coraje increíble y te vuelve un hombre capaz de afrontar increíbles retos.
Además, te desarrolla la capacidad de controlar y gestionar tus emociones. Enfrentar grandes miedos constantemente te enseña a manejar la ansiedad de una forma efectiva. Cuando no sabes manejar la ansiedad no eres capaz de tomar acción cuando sientes miedo. Pero cuando estás en control de sus emociones sabes canalizarlas de forma constructiva y aprendes a actuar a pesar del miedo, además aprendes a tomar acciones que le traigan beneficios tanto a ti como a las personas de tu alrededor.
Cuando desarrollas esta capacidad de manejar de forma inteligente la ansiedad adquieres una libertad enorme. Esta habilidad te permite tomar acción en vez de quedarte paralizado, es decir te vuelves un hombre libre; libre de todos los demonios internos (miedos) que te asechan constantemente.
Existen muchas herramientas y técnicas que ayudan a las personas a manejar la ansiedad de una forma efectiva. Existen herramientas de coaching, PNL, hipnosis, meditación, etc; que le traen buenos resultados a muchos. Particularmente pienso que única herramienta efectiva que existe para aprender a manejar el miedo es TOMAR ACCIÓN.
Tomar acción significa que cuando identificas un miedo vas y realizas esa acción que te cuesta una y otra vez hasta que lo domines. Es la forma más sencilla y rápida de manejar la ansiedad, cualquier otra técnica o herramienta que no sea esa me parece que es perdida de tiempo.
Sin embargo existe una habilidad que es sumamente importante para cualquier persona que quiera enfrentar sus miedos o crecer en cualquier otra área de su vida. Los psicólogos le llaman a esta habilidad “ego observante”, la cual es la capacidad de desidentificarnos de nosotros mismos y vernos desde la perspectiva de una tercera persona.
Es decir, es la capacidad de observarte a ti mismo como si fueras una persona distinta. Imagina que estás parado en frente de ti observándote hablar e interactuar con otras personas como si estuvieras viendo un programa de televisión. Te ves a ti mismo hablando, riendo y compartiendo con los demás como si fueras un espectador.
¿Por qué es importante esta habilidad? Porque sin ella no puedes mantenerte en control de ti mismo y si no puedes mantenerte en control de ti mismo entonces no puedes crecer como persona. Para poder tomar acción en situaciones muy estresantes necesitas ser capaz de tomar tu propias decisiones y no dejar que tus instintos tomen control de tu capacidad de decidir.
Cuando ves a una mujer espectacular y piensas en acercarte a hablar con ella, automáticamente se dispara una señal de alerta en las zonas más antiguas de tu mente. La parte primitiva de tu cerebro donde se encuentran los instintos, manda una señal de alerta la cual experimentas como una emoción de mucha ansiedad. Esto sucede porque tu parte primitiva quiere apoderarse de tu capacidad de tomar decisiones, siente que en ese momento estás a punto de hacer algo estúpido así que dice “estás a punto de cargarla bien feo, así que a partir de ahora yo voy a tomar las decisiones”.
Si en ese momento dejas que tu instinto se apodere de ti entonces no vas a ser capaz de actuar, pero en cambio si eres capaz de utilizar tu ego observante para desidentificarte de la situación entonces vas a recobrar el control de ti mismo. Cuando ves a un hombre en una película o en una serie de televisión queriendo abordar a una mujer espectacular que le gusta nunca experimentas ese miedo de la aproximación, más bien uno se impacienta, uno se dice a si mismo mientras ve la escena “qué estás esperando anda y acercarte”.
Esto sucede porque uno no está identificado emocionalmente con el personaje. Esto mismo es lo que sucede cuando eres capaz de activar tu ego observante, al ser capaz de tomar consciencia de la situación y verte a ti mismo como un espectador entonces te desidentificas de ti mismo y las emociones de ansiedad desaparecen. Es como estuvieras viendo una película en donde tú eres el actor, te ves a ti mismo pero no te identificas con lo que te sucede. Desidentificarte con lo que te está sucediendo te va a permitir tomar las acciones que sientes que tienes que realizar.
Ahora bien, esto puede sonar bastante complejo de realizar pero en realidad es fácil. La mejor forma de activar tu ego observante es automotivarte a ti mismo. Imagina que eres tu propio coach. Imagina que a cualquier lado que vas siempre viene contigo tu coach personal. Cada vez que te encuentras en una situación difícil en la que sientes miedo de actuar, tu coach te empieza a decir en voz alta “vamos” “tu puedes” “actúa” “ve” “avanza”.
Muchos subestiman el poder de palabras motivadoras en situaciones difíciles. Si alguna vez has tenido a alguien cerca que te motive en situaciones difíciles sabes lo importante que puede ser. Recuerdo muchas ocasiones en las que el miedo me paralizaba porque quería abordar a una mujer que me gustaba pero aun así lograba tomar acción gracias a que un amigo me decía “ve” “anda” “empieza a caminar”.
Entonces una manera de activar tu ego observante es imaginar que eres tu propio coach en situaciones difíciles. Cuando te paralices por ver a una mujer a la cual quieres abordar empieza a decirte a ti mismo en tu mente “ve, anda acercarte, muévete, empieza a caminar”. Imagina que tienes otro cuerpo y estas parado viéndote de frente y diciéndote esas palabras.
Hacer esto te va a desindentificar de la situación y las palabras te van a motivar a actuar. En momentos difíciles a veces uno requiere un empujón para seguir adelante, a pesar de que ese empujón te lo puede dar otra persona no es algo necesario, tu mismo te lo puedes dar automotivandote con palabras alentadoras y desidentificandote de la situación.
Cada vez que te encuentres en una situación difícil en la que sientas ganas de abandonar, como por ejemplo abordar a una mujer que te gusta o abandonar una conversación que va bien pero que tienes miedo de arruinar, recuerda convertirte en tu propio coach y decirte a ti mismo “avanza, actúa, sigue adelante, vas muy bien”.
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