Uno de los miedos más comunes entre nosotros los hombres es quedarnos sin cosas que decir cuando hablamos con una mujer que nos gusta. La respuesta más común de alguien que no tiene mucha experiencia cuando le dices que aborde a una mujer es ¿qué le digo?

Quedarnos sin cosas que decir es solo el síntoma de un problema más profundo. La raíz del problema es que no hemos desarrollado la capacidad de “dejar ir”, de dejar fluir las cosas. Cuando estamos tensos, buscamos controlar todo lo que decimos, cualquier palabra que salga de nuestra boca tiene que estar bien calculada para dar una buena impresión.

Esta actitud de controlar todo lo que decimos nos lleva a atascarnos dentro de nuestra mente y desconectarnos emocionalmente de lo que está pasando en la interacción. Nuestra mente consume todos sus recursos analizando, calculando y eligiendo las mejores palabras, esto nos deja incapacitados para prestarle atención a otros detalles importante dentro de la interacción.

En cambio cuando uno deja de controlar tanto lo que dice, naturalmente uno empieza a decir las cosas que espontáneamente se le vienen en el momento, sin analizar si lo que está diciendo va a impresionar a los demás.

La mejor forma para nunca quedarte sin cosas que decir en sencillamente empezar a decir lo que se te viene a la mente, sin importar que quedes como un loco. Por ejemplo, imagina que llevas unos cuantos minutos hablando con ella y te quedaste sin cosas que decir, entonces le dices “me acabo de quedar sin cosas que decir, espero que no se haga un silencio incomodo y tú te vayas”, esto te entrena a desarrollar la mentalidad de fluir con las cosas que te surgen espontáneamente.

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